dioses aztecas

Dioses aztecas



Las antiguas culturas mesoamericanas eran sociedades politeístas, es decir, creían en varios dioses como lo hicieron los nórdicos y los romanos.

¿Quiénes fueron los aztecas?

La mitología de los aztecas se caracterizaba por darle un importante papel al Sol y, también, por celebrar rituales en los que casi nunca faltaban los sacrificios humanos para calmar la sed de sangre de sus dioses.
Quizás sea por ello que los dioses de esta civilización fueron la fuente de inspiración para crear a muchas de las deidades en libros y películas de ciencia ficción.
Otro dato relevante es que, posiblemente por el hecho de que el Imperio Mexica entró en colapso rápidamente tras la llegada de los europeos a sus tierras, la mitología de este pueblo no es conocida en profundidad, envuelta en un halo de misterio que siempre ha llamado mucho el interés por saber más.

Los dioses aztecas más importantes

Aprendamos un poco de la rica mitología mexica y el origen familiar y etimológico de los dioses de esta cultura del México precolombino.

1. Huitzilopochtli

Huitzilopochtli
Este dios era conocido como el Padre de los Aztecas y era su principal patrón.
Era hijo de la diosa Coatlicue y el dios Tonatiuh. En el momento de nacer, su familia no le apoyó pero se hizo valer usando como arma una serpiente de fuego y se convirtió en el regidor del Sol.
De acuerdo a la leyenda, cuando los aztecas se fueron de su místico hogar, Aztatlán, el dios Huitzilopochtli le dijo a dónde debían ir para encontrar un lugar seguro donde asentarse y fundar su capital, Tenochtitlan.
En náhuatl clásico, el nombre de este dios significa “el colibrí zurdo” o “colibrí de la izquierda”. Se le rindió culto como dios de los sacrificios y de la guerra.
Está representado en la cúspide de la pirámide del Templo Mayor de Tenochtitlan, con su propio altar decorado con calaveras pintadas de rojo sangriento.

2. Tláloc

Tláloc
Tláloc es el dios de las lluvias y de las tormentas, y los expertos en culturas mesoamericanas sostienen que es posiblemente una de las deidades más antiguas de la región.
Se le asoció a la fertilidad y a la buena producción agrícola y, de hecho, se le llamó “el que hacía brotar las cosas” y también “el néctar de la tierra”. Pero también se le atribuían los terremotos y los rayos.
Comparte sitio con el dios Huitzilopochtli en el templo principal de la antigua Tenochtitlan, teniendo en su altar motivos de colores azulados que representan el agua.
Pese a que sus poderes permiten que se de la vida vegetal y los agricultores puedan seguir subsistiendo, las ceremonias en su honor no eran precisamente motivo de alegría.
Y es que, según las creencias aztecas, las lágrimas de los recién nacidos eran sagradas y satisfacían al dios Tláloc. Por ello, en las ceremonias a este dios se sacrificaban a bebés y, normalmente, se realizaban a principios de año.

3. Tonatiuh

Tonatiuh
Tonatiuh, o Tonatiuhtéotl, era el dios del Sol, líder del cielo y se encargaba de dar calor a sus gentes con su poder. También era el patrón de los guerreros, y procuraba salud y vigor para todos los encargados de defender al pueblo azteca.
Al igual que con otros dioses aztecas, Tonatiuh reclamaba sacrificios para ser saciado y se pensaba que mediante ellos se garantizaría que el Sol siguiera su curso habitual. Tonatiuh solía ser representado con colores amarillos y naranjas, emulando al astro rey.

4. Tezcatlipoca

Tezcatlipoca
Este dios es complejo. Se le consideraba la contraparte de Quetzalcoatl. De hecho, a este dios se le llamaba el Tezcatlipoca negro, mientras que Quetzalcoatl se le llamaba el Tezcatlipoca blanco.
Era el dios de la tierra y el cielo, el origen del poder y la felicidad, amo de las batallas y representaba lo desconocido, lo oscuro y la providencia.
Se hacía valer de un espejo de obsidiana que le permitía conocer las acciones y pensamientos de todos los seres humanos.
Su nombre significa “espejo humeante” porque mediante este instrumento soltaba humo con el que se podía defender y matar a sus enemigos.
Es considerado el primer sol, el cual duró 676 años.

5. Chalchiuhtlicue

Chalchiuhtlicue
Esta diosa tenía poder sobre las aguas corrientes y todos los cúmulos de agua dulce. Su nombre significa “la de la falda de jade”. Era la diosa de los nacimientos. En los templos es representada con una falda de colores azulados y verdosos que representan una cascada.
No está muy clara cuál era su relación con el dios Tláloc. Algunos apuntan que era su hermano, otros dicen que era su esposo y otros opinan que era ambas cosas.

6. Centéotl o Cintéotl

El maíz era un alimento fundamental para las culturas mesoamericanas, por ese motivo puede que no parezca sorprendente el hecho de que los aztecas tuvieran su propio dios para este vegetal.
El maíz tenía como significado el de representar el sustento, además de ser este dios la representación de lo dual, además de la ebriedad y del consumo de alcohol con finalidades ceremoniales.
Era representado como un hombre y mujer joven que sostenía una mazorca de maíz en su cabeza.

7. Quetzalcoatl

Probablemente se trate del dios azteca más conocido. Este dios, llamado “la serpiente con plumas”. De hecho, su grado de importancia es tal que hay quienes lo consideran el dios principal del panteón azteca.
Fue el dios de la vida, la luz, la sabiduría, la fertilidad, de los vientos, del conocimiento y del aprendizaje, además de ser patrón de la creatividad. También fue considerado el regidor del oeste y patrón del día.
De acuerdo con el panteón azteca, Quetzalcoatl era hijo de Tonacatecuhtli (hombre) y a Tonacacihuatl (mujer) y cuando nació era blanco, con cabellos rubios y ojos azules.
Según la mitología mesoamericana, fue el segundo sol en iluminar los cielos y duró 676 años.

8. Xipe Totec

Al igual que con Tláloc, Xipe Totec era venerado para tener fertilidad agrícola, además de ser el dios del este y de las minas de oro.
Su representación es bastante llamativa: en los dibujos en los que se muestra a este dios, se le ve vistiendo piel humana desollada, la cual representa la muerte de las plantas viejas y moribundas y el crecimiento de los nuevos brotes.

9. Mayahuel

Fue la diosa de la planta del agave, la fecundidad y la nutrición.
Se pensaba que su sangre estaba hecha de pulque (bebida alcohólica hecha con ágave) y se la representaba como una mujer dotada de 400 pechos con los que alimentaba a sus 400 conejos, llamados Centzon Totochtin.

10. Tlaltecuhtli

Su nombre en náhuatl significa “el que da y devora vida”. Era el dios de la tierra y, como no, necesitaba de numerosos sacrificios humanos para poder subsistir de acuerdo a las creencias aztecas.
Este dios representa la superficie de la tierra y se creía que se comía vorazmente al Sol cada noche para devolverlo a la mañana siguiente. Era representado en forma de monstruo marino.

11. Yacatecuhli

Es el dios que protegía a los comerciantes y mercaderes. Para tener sus bendiciones, los que se lo podían permitir le ofrecían esclavos.
Un elemento interesante a la hora de ser representado es su prominente nariz, la cual era utilizada como indicador de hacia dónde se debía ir.

12. Metzli

Era la diosa de la Luna y era una de las deidades más respetadas en el panteón azteca.
Esta diosa controlaba las aguas por acción de sus serpientes, provocando tormentas e inundaciones, pero también ofrecía dicha y buena suerte. Además, era la representación del amor maternal.
El calendario azteca seguía las fases lunares, por este motivo Metzli adquiría gran importancia a la hora de orientarse con respecto a las estaciones del año y los meses.

13. Mictlantecuhtli

Era el esposo de la diosa de la muerte, siendo también dios de la muerte y del inframundo. Se le consideraba la deidad de las sombras.
Era el señor que gobernaba Mictlán, un lugar en el que habitaban las almas de los difuntos cuya oscuridad y tranquilidad lo hacían en un sitio en el que nadie quería llegar a parar.

14. Ixtlilton

Representaba la diversión, las danzas, la celebración y el juego. Era el patrón de las festividades aztecas. También era el dios de la sanación y la medicina, y aquellos quienes se encontraban malheridos eran llevados a su templo.
También cuidaba de los niños, especialmente de aquellos que hubieran nacido con algún tipo de discapacidad.

15. Ahuiateteo

Realmente no es un dios, sino un conjunto de ellos. Representan los vicios, la depravación, el placer mundano y terrenal.
Se les relacionó con los Tzitzimimeh, unos seres sobrenaturales que estaban relacionados con desgracias tales como las sequías, las guerras y la muerte.

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