aprender a desconectar la mente para relajarse
APRENDER A DESCONECTAR LA MENTE PARA RELAJARTE
Entre tantas prisas, obligaciones, requerimientos y quehaceres, hoy en día es muy difícil encontrar un momento para desconectar. Pero la verdad es que, cuanto más complicado se vuelve, más necesario es. Vivimos en un mundo en el que vamos a un ritmo vertiginoso, y las consecuencias de no desconectar nuestra mente nos pueden acarrear problemas, ya no solo en nuestras emociones, sino también en nuestra salud.
En la actualidad, muchas personas sufren estrés o ansiedad. Los trastornos emocionales están a la orden del día, y en lugar de cuidarnos, los obviamos y seguimos funcionando. Es importante que, en medio del día, de todo ese ritmo que nos abruma, podamos encontrar un rato al día para poder desconectar la mente y relajarnos.
Cambia tu forma de pensar y desconecta tu mente con estos 4 consejos
Pero hacerlo resulta muchas veces harto complicado, más si no estamos acostumbrados. Es normal que sea difícil para alguien que no para en todo el día o que nunca lo ha hecho, pero poco a poco se puede conseguir. Eso sí, tendrás que seguir algunos consejos para desconectar la mente, si no quieres estresarte con la tarea de calmarte.
Busca un horario y cúmplelo
Seguramente en tu vida tienes un horario de trabajo, un horario de comidas, un horario de recoger a tus hijos del colegio... Se trata de tiempos que tienes establecidos y que no tienes más remedio que cumplir, pero cuando se trata de necesidades como la de calmar la mente, lo dejar para último lugar.
No esperes a desconectar cuando tengas un rato, porque si no, lo normal es que nunca lo hagas. Te recomendamos que busques un momento en el día y lo dediques a relajarte. Es esencial que des importancia a este tiempo para ti mismo, piensa que hacerlo, te dará más tiempo y vitalidad para seguir con tus tareas el resto del día.
Practica la meditación
No te preocupes si al principio te cuesta, es normal si estás muy estresado. Lo importante es que no abandones la meditación y poco a poco, irás aprendiendo a concentrarte cada vez más. Te recomendamos que, en el rato que te hayas establecido, busques un sitio tranquilo y sin distracciones. Y es que meditar es una buena técnica para relajar y desconectar la mente porque además algunas prácticas como el yoga tienen numerosos beneficios emocionales y espirituales, y así conseguimos la desconexión que buscábamos.
El siguiente paso será encontrar tu postura, puede ser sentado, tumbado... pero intenta mantener siempre un contacto con el suelo y tener la espalda recta. La postura debe ser cómoda y aunque al principio notes molestias o picores, forma parte del proceso. Y, en caso de que te cueste un poquito más, debes saber que existen algunas técnicas de meditación para principiantes, así que no te preocupes. Meditar te ayudará a eliminar los pensamientos negativos que invaden tu cabeza. Gracias a este rato que nos dedicamos a nosotros mismos, podrás centrarte en el aquí y el ahora, y olvidar las preocupaciones para su debido tiempo.
Rodéate de gente positiva
Otra forma de calmar la mente es pasando el tiempo con personas con las que disfrutes. No pierdas el tiempo con gente que no te hace sentir bien o que solo habla de sus quejas. Pasar un rato entre amigos verdaderos puede hacerte desconectar, sobre todo si cambias de vez en cuando de ambiente.
Pon hora a las preocupaciones
Sabemos que todos pasamos por épocas difíciles y tenemos problemas, pero que estos se instalen en nuestra cabeza para no marcharse no nos ayudará a solucionarlos. Si tenemos que ocuparnos de algo, lo mejor es que intentemos pensar en ello solo en el momento en el que estemos ocupándonos literalmente. Es decir, si estás en casa comiendo, no te servirá de nada estar preocupado por lo que vas a hacer más tarde en el trabajo.
Como todo en la vida, hay cosas que no tienen solución, y que aún así, rondan por nuestra cabeza creándonos un profundo malestar. Una táctica que es muy efectiva para desconectar tu mente es ponerle una hora para pensar en todo esto. Sabemos que es difícil dejar de pensar, pero puedes racionarlo para que todo el día no esté rumiando. Y si el pensamiento entra, te dices: más tarde me ocupo, en su horario.
Comentarios
Publicar un comentario